Frío

La utilización de FRÍO es una de las costumbres más universales para la conservación de alimentos, tanto en el entorno doméstico como industrial. Su utilidad más importante radica en que permite frenar la actividad de microorganismos patógenos en alimentos y, en consecuencia, aumentar su vida útil. Las bajas temperaturas disminuyen la velocidad de descomposición de la materia orgánica, lo que facilita la conservación de alimentos durante su almacenamiento y su distribución. Debe considerarse que a diferencia de la aplicación del calor, la refrigeración no destruye los patógenos, sino que se limita a impedir su crecimiento.

La Maquinaria de Frío Industrial está muy especializada, dependiendo de cada una de las necesidades que tienen los distintos alimentos y bebidas. Es muy importante que las características de la máquina de frío se ajuste a las necesidades del producto, ya que si no es así no le sacarás el máximo partido a tus productos perecederos.

Para una eficiente conservación industrial es imprescindible considerar los siguientes factores: tipo de alimento, la cantidad, el tiempo y cómo se realizará la limpieza.

Para conseguir una adecuada conservación de los alimentos hay que mantener una temperatura ligeramente superior al punto de congelación, debe mantenerse entre 2˚C y 5˚C. Con estos grados conseguimos mantener, el agua que tienen los alimentos, en estado líquido, lo que permite frenar su degradación y mantener las propiedades inalterables durante un periodo más o menos largo.

Para la construcción de mobiliario de frío, en los últimos años se ha producido un incremento del uso de CO2 como gas refrigerante. El CO2 es un gas ecológico, que disminuye notablemente el impacto negativo sobre la capa de ozono. Este gas es más económico que los refrigerantes tradicionales y el consumo de energía es más bajo.